domingo, 20 de junio de 2010

La Jornada: Se apagó una de las mentes más lúcidas del país

La Jornada: Se apagó una de las mentes más lúcidas del país

Una de las mentes críticas más certeras y lúcidas de México se apagó ayer poco después del mediodía: Carlos Monsiváis falleció a las 12:47 de la tarde, luego de más de dos meses en terapia intensiva debido a complicaciones por una fibrosis pulmonar.

Este sábado –en el que se conmemoró el Día del Idioma Español, así como el aniversario 89 de la muerte del poeta Ramón López Velarde– los restos de Monsiváis fueron recibidos por la noche por una multitud en el Museo de la Ciudad de México. Numerosas personas expresaron ahí una misma petición: “¡Monsi, al Zócalo; homenaje popular, no oficial!”

Monsiváis y Sergio Pitol se unieron al movimiento de Andrés Manuel López Obrador contra el fraude electoral de 2006. El 16 de julio de ese año participaron en el mitin multitudinario realizado en el Zócalo, donde el también cronista advirtió: el manipulador pierde la oportunidad de gobernar.

Monsiváis fue aclamado por la multitud cuando atacó directamente al partido en el poder y señaló: “la violencia ha partido de la derecha. Una violencia ideológica de mentiras, calumnias, difamaciones y fraudes hormiga.

Cronista indispensable de los principales hechos políticos y sociales del país, coleccionista de arte popular, periodista, Carlos Monsiváis Aceves nació en la ciudad de México el 4 de mayo de 1938. Su pasión por las letras lo llevó a colaborar desde muy joven en suplementos culturales y medios periodísticos del país.

Su nombre en las presentaciones y en los programas de las ferias de libros garantizaba una asistencia masiva. “¡Ahí va Monsi!”, era casi el grito de guerra en los pasillos, en los museos, en las escaleras. Aquí le pedían un autógrafo, allá una foto, por allá que fuera a algún evento de causa social, más allá que escribiera un prólogo para el libro de algún escritor en ciernes.

Con comentarios irónicos provocaba la risa de sus escuchas, pero sobre todo la reflexión. Ironía nada gratuita y sí consciente del efecto que su discurso, sus chistes, sus frases de doble sentido tenían en el público, en su lector.

Durante su encuentro con la prensa Monsiváis advirtió que “la esperanza está siendo triturada masivamente y reconvertida en frustraciones. La indignación y la esperanza individual no bastan. Se requiere de un proceso organizativo social, el cual hoy se aprecia en muchas partes. Una palabra que revela hoy día lo que pasa en el país es: el empoderamiento crítico. Es armar la esperanza a título individual y en beneficio colectivo”.

Monsiváis estudió en las facultades de Economía y de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Monsiváis lo mismo fue puntual cronista del movimiento estudiantil de 1968 que del acontecer en torno a ídolos populares como El Santo o Cantinflas, o del desarrollo del movimiento feminista nacional. Siempre manifestó su rechazo a toda posición intolerante y retrógrada. Fue incansable promotor de los derechos de las minorías sociales, la educación pública y la lectura.

Fue secretario de redacción en las revistas Medio Siglo (1956 a 1958) yEstaciones (1957 a 1959). Dirigió el suplemento La cultura en México de la revista Siempre! (entre 1972 y 1987) y coordinó la edición de la colección de discos Voz Viva de México de la UNAM.

Autor de la columna Por mi madre, bohemios (que lleva décadas editándose en diversas publicaciones del país), en la cual compiló declaraciones de políticos, empresarios, representantes de la Iglesia y otros personajes de la vida pública, mofándose de su ignorancia o su visión limitada del mundo, exhibiendo la demagogia de las clases gobernantes.

Recibió los premios Nacional de Periodismo, Mazatlán, Xavier Villaurrutia, Lya Kostakowsky, Anagrama de Ensayo y el FIL de Guadalajara (antes Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo).

Fue becario del Centro Mexicano de Escritores y del Centro de Estudios Internacionales de Harvard. En agosto de 1992 recibió una beca del Fideicomiso para la Cultura, organización creada un año antes por la Fundación Rockefeller en colaboración con instituciones mexicanas.

Impartió cursos en la Universidad de Essex y en el King’s College, ambos en Gran Bretaña, y fue profesor invitado en la Universidad de Harvard.

También recibió los doctoradoshonoris causa de las universidades estatales de Sinaloa, Puebla, Hidalgo, Veracruz, Nuevo León, San Luis Potosí y Arizona, así como de la Autónoma Metropolitana y Nacional Autónoma de México. También, de la Nacional Mayor de San Marcos, Perú. De la Universidad Autónoma de la Ciudad de México recibió un Honoris Causas Perdidas.

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