El semestre pasado realizamos un pliego petitorio con 5 puntos estratégicos:
- Incluir a los estudiantes en la toma de decisiones de la institución.
- NO AL CIERRE DE PUERTAS.
- Baja de los costos en los trámites de documentos y servicios.
- Pase automático a la UAM.
- Alto a la represión y respeto a la libertad.
1333 estudiantes (de los poco más de 2000 del plantel) apoyaron estas demandas firmando el pliego petitorio. Se le entregó al director y se tuvieron reuniones posteriores en las cuales tratamos de llegar a cuerdos que resolvieran estas demandas, que no consideramos exageradas, sino demandas que se centraban en un objetivo común: democratizar la educación, democratizar el Colegio de Bachilleres. Además, pedíamos diálogo público para discutir las posturas a favor y en contra y, así, llegar a un acuerdo.
Terminó el semestre y el director no pudo dar respuesta satisfactoria a las demandas. Prometió informar a la comunidad sobre las razones que sustentaban su decisión personal de cerrar la puerta. Nunca vimos carteles, folletos o foros que informaran sobre esto. No se pidió la opinión de los estudiantes en ningún momento.
Al inicio del semestre actual (11-A), parecía que no se implementaría el cierre de puertas; el pliego, las firmas y las reuniones con la autoridad parecían haber tenido eco en dirección.
Un día pegamos carteles sobre círculos de estudio que realizaríamos en algunos días, el director llegó a pedirnos que quitáramos los carteles y nos dijo que no podíamos utilizar los salones para hacerlos. Un profesor del sindicato se acercó y nos brindó el apoyo para llevar acabo los círculos de estudio, con lo que el director no pudo prohibirnos llevarlos acabo. Continuamos pegando los carteles. Desaparecieron al día siguiente.
Se comenzó a prohibir la libre salida del plantel a ciertas horas, sólo podíamos salir por lapsos de 20 a 30 minutos cada hora. Decidimos entrar a hablar con el director, pues nunca cumplió sus promesas de informar y sin tomar en cuenta el pliego, impuso su autoridad cerrando las puertas. Se justificó diciendo que era una medida necesaria y no tuvo de otra, pues existía un serio problema de alcoholismo y drogadicción en la escuela. Al instante mostró expedientes que contenían todos los datos de los estudiantes con supuestos problemas de este tipo. Además argumentó que los puestos de comida vendían droga y alcohol, por lo que los quitaría definitivamente. De esta manera, las afectaciones se volvían más graves, pues se nos quitaría lo poco que podíamos comer fuera de dulces y chatarra de las máquinas de la escuela.
Comprendimos que las acciones pacíficas que llevamos acabo durante todos los semestres anteriores no fueron razones suficientes para el director. No escuchó la voz de los estudiantes.
Un estudiante se acercó al Comité y nos propuso cerrarles la puerta de la misma manera en que ellos nos la estaban cerrando. Lo discutimos dentro del CLECB8 y decidimos llevar a cabo la propuesta del compañero. Con apoyo de otros compañeros nos paramos en la entrada del estacionamiento cerca de las 3:00 pm y aplicamos la misma estrategia del director: se permite la libre entrada pero no la salida. Poco a poco se fueron sumando algunos compañeros del turno vespertino que iban llegando. El director llegó furioso al lugar y gritaba que nos quitáramos. Propusimos que una comisión dialogara con él mientras el plantón continuaba. Se negó a recibirnos si no nos quitábamos de la entrada. Entonces pudimos presenciar uno de los discursos más variados, complejos y floridos del director.
- ¡Jóvenes quítense de la entrada, si no no los recibo. No voy a hablar con ustedes si no se quitan!
- No podemos quitarnos porque en las ultimas conversaciones que hemos tenido con usted, simplemente da vueltas y vueltas sin llegar a nada. O hagamos el diálogo aquí frente a todos.
- Jóvenes quítense, por favor.
- Esta es la forma en que queremos que ustedes comprendan de qué manera nos afectan al prohibirnos salir del plantel.
- ¡Jóvenes quítense, por favor!
- No está respondiendo a lo que decimos ¿nos está escuchando?
- ¡Jóvenes quítense, por favor!
Fue impresionante el nutrido y variado discurso que presenciamos, lamentablemente una maestra llegó a interrumpir las sabias palabras del director. Al principio llegó cuestionando y criticando nuestro actuar. A ella si pudimos expresarle nuestro sentir y nuestros argumentos para hacer lo que estábamos haciendo. Más tarde, otros trabajadores de confianza salieron para hacernos entrar en razón. Tras un largo rato de discusiones en las que trataban de desviar el tema central (el cierre de puertas), el director tuvo que acceder a dialogar con una comisión de estudiantes mientras el plantón continuaba. Para entonces varios estudiantes que se habían sumado a la acción ya estaban sentados en la entrada sin mostrar miedo a las amenazas del director de levantar un "acta" o una "denuncia". Incluso cuando ordenó al personal de confianza que se nos tomaran fotos para sancionarnos, posábamos para salir guapos.
Poco después la comisión llegó a informar los resolutivos de la reunión: se dejaría de implementar el cierre de puertas y los estudiantes podíamos entrar y salir libremente. El plantón se levantó al grito de ¡ultra rebelde y combatiente, Colegio de Bachilleres, presente! Gracias al apoyo de los estudiantes que comprendieron las demandas y las acciones tomadas, logramos defender nuestros derechos y libertades, incluso plasmados en la Constitución.
Esta victoria representa el inicio de un proceso de democratización del Colegio. La lucha estudiantil no claudicará ni se apagará sólo porque un día logramos hacer algo. Continuaremos hasta ver convertido al Colegio de Bachilleres en una institución donde se brindé educación pública, laica, gratuita y de calidad, en la que los estudiantes participen en la organización y toma de decisiones, en la que se respeten los derechos, garantías y libertades de todos y todas.
P.D. Una disculpa a los trabajadores que de alguna manera se vieron afectados durante el tiempo que duró el plantón. Esperamos que comprendan las razones que nos llevaron a hacerlo y que no tomamos la decisión sin antes discutir los pros y los contras.
Comité de Lucha Estudiantil del Colegio de Bachilleres 8 (CLECB8)